sábado, 1 de septiembre de 2012

JUAN FRANCISCO FERRÉ, escritor y crítico literario



1º ¿Quién es JUAN FRANCISCO FERRÉ?


Un peligroso impostor que usurpa mi nombre para publicar libros sin mi permiso.


2º ¿Cómo empezó tu camino en el infinito mundo de los libros?


Con la cesárea de mi madre, que me convirtió, para expiar mis culpas hacia ella, en un lector compulsivo. Primero leí toneladas de best-sellers, donde aprendía todo lo que necesitaba saber del mundo, y luego, antes de la mayoría de edad, El Quijote, donde aprendí todo lo que necesitaba saber sobre mí y sobre los demás. Tengo la ventaja de que mi abuelo materno, un manchego acérrimo, recitaba El Quijote a todas horas como si fuera la Biblia de la Mancha. Enclaustrado en el vientre de mi madre, para mi desgracia futura, debí oír esos encantamientos y letanías que deformaron para siempre mi cerebro y me abocaron a la percepción literaria del mundo.


3º Tu primera publicación fue en el 2002 con la novela "La vuelta al mundo" después vino "I love you Sade" 2003 y "La fiesta del asno" 2005. Háblanos de ellas.


Mis primeras publicaciones, en los años ochenta y noventa, fueron relatos como “Dionisio decapitado” o “Informe”, incluidos muchos años después en la colección de ficciones Metamorfosis®. Desde mis comienzos, siguiendo la estela de Borges y de Cortázar, me dediqué a explorar y explotar las posibilidades de la forma narrativa breve, que trabajaba con esmero artesanal hasta el agotamiento, y acabé cansándome y saltando a la forma más extensa y excitante de la novela. No es casualidad que mi primera novela, escrita en 1998, fuera La vuelta al mundo, compuesta en su versión original de cuarenta relatos entrelazados, escritos de manera compulsiva a razón de uno al día durante cuarenta días y luego reescritos, tras una pausa breve, en otros cuarenta. Como indica su título, era una tentativa de descripción del mundo contemporáneo a través de otras tantas tramas pobladas de personajes representativos de aquel. Políticos, cineastas, escritores, pinchadiscos, adolescentes traumáticos, seductores, terroristas, amas de casa a la deriva, matones, buscavidas, prostitutas, pintores, viajeros, futbolistas, amantes fallidos, actores y actrices de cine, arquitectos, gigantas y homúnculos, criminales, detectives, concursantes de televisión, etc. El casting de ese libro era tan excéntrico como exhaustivo, quizá por eso, entre otras cosas, nadie quiso publicarlo, ni siquiera en su versión reducida. Aún me sirvo de ese libro inagotable como repositorio de ficciones. Por el contrario, I love you Sade fue un texto escrito en 2001 a la manera de Perec y Borges para demostrar que podía crear una falsa novela a partir de las piezas dispersas de una exposición de arte multimedia recurriendo a los poderes de la fabulación apócrifa y la écfrasis de los maestros antiguos. El resultado fue un texto literalmente iconoclasta donde, como vieron sus mejores lectores, se corrompían las imágenes y el poder representativo de las imágenes así como los discursos críticos y académicos sobre ellas y sobre el arte. La fiesta del asno, como he contado muchas veces, es una tentativa de catarsis novelística de la historia española y el papel del terrorismo etarra en ella. Asociando a Nietzsche con Cervantes y a Baudrillard con Cronenberg, y subvirtiendo por tanto las categorías y el lenguaje con que el terrorismo es tratado en los medios, inventé la historia de un terrorista de devenir transexual llamado Gorka K. que va a (re)vivir a través de su cuerpo mutante todos los traumas, las aberraciones y la violencia del conflicto, incluyendo los GAL y la tortura. “El asno”, como me gusta llamarla en privado, fue escrita en el verano de 2000, mucho antes del 11-S, pero anticipa una visión del terrorismo que después de esa fecha se haría obvia. Esta novela fue polémica en la medida en que resulta inaceptable, aún hoy, para las posiciones dominantes en el establishment mediático, político y literario.


4º En el 2005 fuiste autor de "El Quijote. Instrucciones de uso" una recopilación de textos inéditos sobre el Quijote escritos por diversos autores. Tuvo que ser un trabajo muy interesante la creación de esa obra ¿cierto?


Fue un encargo y, en esa medida, resultó un desafío. En realidad son dos libros en uno, como El Quijote. Una primera parte, la más extensa, contiene veintinueve textos de autores innovadores de todas las generaciones, nacidos entre 1931 y 1976, desde Juan Goytisolo a Robert Juan-Cantavella, precedidos de un prólogo mío, lúdico y burlón, donde, mientras me planteo el problema de escribir ese mismo prólogo, como hizo Cervantes en la “Primera parte” de su libraco, reviso todas las lecturas cervantinas que se han prodigado en la historia tratando de apuntar alguna novedad de interpretación con el fin de reactivar el potencial narrativo de Cervantes en el siglo XXI. La segunda parte recoge íntegro mi texto, escrito ex profeso para la ocasión, “El Quijote, instrucciones de uso”, una suerte de diccionario enciclopédico delirante, compuesto de entradas a cual más fantástica e inverosímil, donde convierto al Quijote en libro sagrado de la República independiente de La Mancha, a Cervantes en profeta menoscabado de la patria manchega y a Menéndez Pelayo en inquisidor general del territorio. Para escribirlo me inspiré en el concepto de heterotopía acuñado por Foucault tras descubrir con asombro racionalista la taxonomía animal incluida en la apócrifa enciclopedia china (Emporio celestial de conocimientos benévolos) inventada por Borges, pero atribuida a un supuesto doctor Franz Kuhn, en su ensayo “El idioma analítico de John Wilkins”. En el fondo, este libro era una broma a costa del libro de libros de la novela occidental con el fin de apearlo del pedestal de mármol en que se le mantiene para evitar la tentación de leerlo y devolverlo a la verdadera actualidad de la creación, conjurando el nefasto influjo de las celebraciones institucionales del cuarto centenario.


5º Lo mismo sucedió en el 2007 con “Mutantes” en el encontramos otra recopilación de textos de nuevas voces del mundo de la escritura que poco a poco se están abriendo paso en este difícil mundo literario. ¿Que te ha aportado personalmente el dar a conocer textos de otros escritores?

Sin entrar en más polémicas, te diré que este libro me ha ganado algunos enemigos, lo que no está mal, y me ha dado escasas alegrías, así que no me gusta mucho hablar de él. Fue un intento, creo que logrado, por lo que se está viendo de unos años para acá, de reivindicar otras posibilidades más creativas para la literatura en un contexto dominado por modos narrativos y estilísticos trasnochados, que son los sancionados por el mercado omnipotente y la crítica más convencional.


6º Háblanos de tu última novela “Providence” editada por Anagrama en el 2009.


Es mi penúltima novela, de hecho. Mi nueva novela está ya lista para salir al ruedo a lidiar con la indiferencia y el desprecio público que es el patrimonio de la verdadera literatura en estos tiempos. Llamo verdadera literatura, como decía Bataille, a la que su autor se ha visto obligado a escribir. Si además, como hice en Providence, renuevo el arsenal lingüístico y fabulador con que la literatura puede hablar del mundo contemporáneo sin parecer anticuada o formalista, el objetivo está más que cumplido. Solo le exijo eso a la literatura: que sea arte, desde luego, y no solo fórmula trillada para vender y complacer, pero también que se enfrente al mundo con inteligencia y conocimiento, que se esfuerce en entrar sin complejos, con toda la radicalidad que sea posible, en la lógica de sus procesos y realidades, que pruebe su validez en un contexto histórico y cultural donde el poder expresivo y comunicativo de la literatura ha sido puesto en cuestión por otros medios en apariencia más eficaces y seductores como, entre otros, el cine y las series de televisión. La literatura que me interesa escribir y también leer es el juego más complejo y excitante al que puede entregarse la inteligencia humana. Eso fue Providence, una primera consumación de mi proyecto literario, y eso será, con más razón, mi nueva novela, que es aún más explosiva y provocadora.


7º La crítica literaria la acogió muy positivamente como una gran novela ¿Un escritor debe hacer oídos sordos y pisar con los pies en el suelo?


Tengo la suerte de que las críticas solo me afectan en la epidermis, no traspasan nunca ese nivel digamos superficial. Las malas son como picaduras de avispa, con su pequeña dosis de veneno e inflamación pasajera, y las buenas como caricias insinuantes que estimulan mi sistema nervioso pero poco más. Ni unas ni otras, por fortuna, condicionan lo que escribo después. La prueba de lo que digo es mi nueva novela, tan ajena en su creación a la crítica constructiva como a la destructiva recibida por Providence. Cuando me pongo a escribir, me vuelvo sordo y ciego e insensible a todo cuanto no favorezca la consumación del proyecto propuesto, que es el que manda en mí de modo autoritario durante ese tiempo.

8ª ¿Qué es lo que le empuja a escribir a Juan Francisco Ferré?

La misma fuerza instintiva, o el mismo empuje vital, si lo prefieres, que a realizar las demás actividades que gratifican a mi yo singular, como lo llama Antonio Damasio: el deseo, la novedad, la excitación, el entusiasmo, el placer, el estímulo, el humor, la plenitud. No hay un solo componente negativo o resentido en lo que hago, ya sea escribir, leer, follar, dar clases, ver películas o partidos de fútbol, viajar, conversar, etc. Detesto cualquier forma de constipación, de modo que todo lo que hago, para bien y para mal, lo hago por expansión, para afirmarme y perseverar aún más en lo que soy. Este carácter excesivo es una desgracia como otra cualquiera.



9º ¿Un buen escritor debe ser primero un buen lector?  

Sin duda ninguna. Y un buen lector de sí mismo en especial. Sin esa aptitud crítica hacia uno mismo, labrada en el contacto con la obra de otros pero también con la propia, es imposible crear algo que merezca la pena. He dedicado mucho tiempo de mi vida a leer obras que no sé si me enseñaron a escribir pero desde luego me enseñaron a tener una concepción de la literatura mucho más vasta, temporal y culturalmente, cosa que hace que, cuando me siento a escribir, no pienso en las modas comerciales del día o en las tendencias dominantes del momento. En Providence, a través del mito de Fausto, me atreví a dialogar desde el presente con Goethe y con Thomas Mann, del mismo modo que en mi nueva novela, una tragicomedia en toda regla, lo he hecho con Aristófanes y Eurípides y la comedia latina sin abandonar en ningún momento la perspectiva contemporánea. La literatura del siglo XXI, si quiere innovar o inventar nuevas formas de representación y descripción del mundo, tiene que tomar en cuenta ese patrimonio milenario, repleto de tesoros y maravillas, para no recaer en los estereotipos más gastados y las historias más banales, inspiradas por la publicidad, la televisión o el cine más gregario. Te anuncio que mi máxima aspiración literaria sería retirarme en unos diez o quince años reescribiendo El criticón de Gracián.

10º ¿Cuando escribes te rodeas de algún ambiente especial o tienes algún tipo de manías o sigues algún proceso como muchos escritores?


No. He escrito en muchos sitios distintos, me he mudado a menudo de casa, con lo que no hay demasiadas constantes inmobiliarias en mis libros. En mi estudio actual, que tiene vistas al bullicioso puerto de Málaga, al fin me encuentro en mi ambiente natural, rodeado de una biblioteca bien surtida, de mis fetiches más queridos y del silencio sepulcral que necesito para concentrarme. Recluido aquí escribí el borrador de mi última novela y, sin embargo, terminé de reescribirla la primavera pasada en una casa alquilada en Providence, Estados Unidos.


11º ¿Qué tal la experiencia de impartir clases de cine y literatura española e hispanoamericana en la Universidad de Brown en Estados Unidos?
Aunque suene a tópico, es una experiencia donde se aprende más, se descubre más y se exige uno más de lo que realmente termina enseñando o exigiendo a los alumnos. Estos te obligan a dar el cien por cien y, al mismo tiempo, son enormemente receptivos a toda propuesta intelectual y artística, por excéntrica o atrevida que sea. Es una experiencia de inteligencia compartida que produce placer y estímulo en ambos sentidos. En este sentido, no puede extrañar que, frente al mortecino panorama del saber que se expone en tantas universidades españolas y europeas, las instituciones americanas ocupen en masa los primeros puestos del ranking universitario mundial.

12º ¿Qué escritores admiras o son referencia para ti?


Sin ponerme estupendo, te diré que desde Homero a Pynchon, pasando por Cervantes, Sterne, Baudelaire, Flaubert, Lautréamont, Faulkner, Céline, Bernhard o Borges, ninguno de los genios de la historia literaria me es ajeno. Luego están, un escalón quizá por debajo, los encantadores de serpientes, los magos de feria, los bufones de corte, los titiriteros y saltimbanquis de la literatura, a los que también admiro y adoro, son tantos que no querría citar solo a algunos obviando a los otros, y, por supuesto, los inclasificables, esos escritores que la historia oficial no sabe aún qué hacer con ellos pero que entran en mi canon personal sin problemas como Bierce y Ballard, Cabrera Infante y Jarry, Calvino y Klossowski, Roussel y Lovecraft, Dick y Sade, entre otros muchos. Y es que yo tampoco, al igual que Savater, he sabido nunca “privarme de nada”.

 

13º ¿Tienes proyectos o nuevos libros en proceso?

Después de publicar mi nueva novela, ya tengo planeadas al menos otras dos novelas de trama cerrada con las que aspiro a dar un giro radical, de nuevo, a mi escritura narrativa. Y un libro de ensayos sobre cine, mi más vieja pasión aparte de la literatura.


14º Escríbenos algo improvisado que sientas en este momento o de alguno de tus escritos para toda aquella persona que lea tu entrevista y conozca el mundo interior de Juan Francisco Ferré.


Prefiero citar a Bataille como eslogan de mi actitud: “La literatura es lo esencial o no es nada”.


15º ¿Qué le pedirías al futuro?


Le pediría lo imposible, como es lógico. Progreso ético y estético. Una democracia real. Abolición de la pobreza y la injusticia institucionalizadas. Alternativas a la esclavitud asalariada del trabajo. Fin del neoliberalismo y de todas las monarquías y las aristocracias, incluida la del dinero. Desaparición de las iglesias y las religiones, empezando por las más fanáticas. Un nuevo contrato sexual entre hombres y mujeres basado en la máxima libertad e igualdad, desde luego, pero también desprovisto de esas mezquinas obligaciones que hacen infeliz y desgraciada a tanta gente. Dignidad en la enfermedad y la muerte. Administración inteligente de la farmacopea disponible. Y quién sabe, quizá con el tiempo, como dijo el conservador Borges, incluso merezcamos que no haya gobiernos...


 Preguntas rápidas:

Una ciudad? Nueva York
Una sensación? El placer sexual
Un color? Rojo
Un olor? El sexo femenino
Miedo a? La muerte prematura
Animal preferido? El humano
No te gusta? La opinión de los mediocres
Te gusta? El guiño de la inteligencia
Admiras a? Demasiada gente. No puedo vivir sin admirar y, por supuesto, sin despreciar. Entre los escritores del siglo XX: Borges.
Nunca pudiste? Te lo diré parodiando un célebre poema de Borges: Yo, que tantos hombres he sido, no he sido nunca/ Aquel en cuyo abrazo desfallecía Marilyn Monroe.
Crees en vida extraterrestre? Si es como el E. T. de Spielberg, sí.
Un libro? El Ulises de Joyce, resumen enciclopédico de la vida y la historia humanas.
Un momento? Todos los del sexo.
Una comida? Carpaccio de buey a la veneciana o, para variar, sushi y tempura.
Un lugar para visitar? Venecia
Una película? Son tantas admirables que te nombraré solo las dos últimas que han entrado en mi filmoteca privada: Fausto, de Alexander Sokurov, y Guilty of Romance, de Shion Sono…
Un actor? Marlon Brando en Último tango en París
Una actriz? Marilyn Monroe en Con faldas y a lo loco, ya lo he dicho, y Ayako Wakao en cualquiera de las maravillosas películas de Masumura.
Una canción favorita? Protect me from what I want, de Placebo.

Una manía? El ruido.
Un deseo? Prefiero guardar silencio…


                                juanfranciscoferre.blogspot.com/

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